Un cumplido que descalabra
resbalando por tu cuello.
Éste, el olor de los hombres
en manos que marcan lo que
siempre fuiste, delicia,
rozarte en dibujos enredados.
Te observo en movimiento
descifrar el animal en
tu espalda fina, frágil,
agazapado o asustado.
Un delirio ígneo a plena
luz que repta por los pies
desnudos y tus muñecas
desautomatizándome.
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sábado, 12 de mayo de 2012
sábado, 17 de septiembre de 2011
Hace meses

La tortuga olvidada en medio del velorio.
Tan irónico que viva adentro de una rayuela.
Ahora las paredes están cubiertas de cuadrados azules y pegajosos.
Necesitar ayuda para alcanzar la profundidad del sueño.
La resistance al dolor y a la muerte.
La búsqueda de la simpleza nacida en libertad.
Una revolución estético-reikista.
La vieja golpeando a la gatita blanca.
La sensación de ser un tubo intrascendente.
Transpiración y olor a sahumerio en una habitación cerrada.
Oler y lamer al gato que no tiene pulgas.
(sin miedo a perder)
Música, carajo!
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Sobras

Marla se hace carne en mí.
Y si ahora tengo que ser un cuerpo, lo seré.
Soy persona de armas tomar.
Porque retarme serìa como darle cuerda a un avión.
Haber roto tres cuerpos en toda mi vida.
Palabras vencidas por los clichés.
En mi sueño nadie cantaba.
Descubrir en la oscuridad una nueva piel.
No soy lo que vos querés que sea.
"Esa mujer escribe como si el diablo la poseyera; y ésa es siempre la única condición bajo la cual una mujer escribe algo que valga la pena leerse (...)". Nathaniel Hawthorne sobre Fanny Fern
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Butterflies in my head.

Podrìa convertirme en pàjaro, en gato, en bola de fuego o en palabras. Podrìa tratar de ser lo que no soy; podrìa tratar de no ser lo que aborrezco. No te espero màs, ya sé que no vas a venir y el tablón en la ventana va a quedar vaciío otra vez. Podrìa convertirme en pañuelo, en árbol, en dolor. El cambio ya está en mí, y nada me detiene. Sè hacia dònde puedo ir sin tu companía. Soy una araña, una libélula, una mariposa. Soy la hoja del árbol que cae sobre tu cabeza. No puedo evitarlo, la mutación sigue su curso y no tengo voluntad para atacarla. Ojalá pudieras verme mutar. ojalá pudieras escucharme: soy el eco de cada ruido de la ciudad; soy la chispa de tu encendedor. Soy tus ropas, soy tus ojos. No soy nadie, pero soy todo. Puedo ser todo para alguien, excepto para vos, que ya no podès verme. Puedo ser todo para alguien.
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jueves, 21 de julio de 2011
Carta de presentación a ComoPezEnElArbol
Todavía creo que la literatura es cosa de magia, que para escribir hay que prender una vela, invocar a los dioses, escuchar música que les agrade a las musas, entrar en un trance hipnótico, conectarse con el otro lado de las manos, ofrecer un sacrificio.
Porque ganar algo tan valioso como el don de la palabra no es un regalo.
Conocer un secreto que podría destruirte. Conocer tu verdadero nombre para ser tu amo. ¿Acaso no es ésa una leyenda antigua? Un vago recuerdo de un dragón y un caballero. Pero, podría ahora pensarte como mi dragón, mi retador, aquél que terminará por matarme o entregarme su corazón. ¿Conozco tu secreto? ¿Cómo hago para comprobarlo?
Todo pica. Esta incomodidad en las manos, las venitas saltando como si quisieran salirse de la piel. No imaginaste nunca que el personaje de mis historias no era ella, sino yo misma. En ese momento me sentía poderosa, y quería sentir que tenía el control. Necesitaba cambiar mi apariencia en un lugar donde no fuera peligroso y pudiera fácilmente volver a encontrarme cómoda. Un relato de mi mundo paralelo. Quería ser una venita exaltada, y salirme de mi camino para que la sangre se deslizara por el dedo hacia un papel en blanco donde finalmente podría descansar.
Si me escucharas cuando te digo lo importante que son las palabras en mis oídos para la estimulación de este cuerpo que no tiene ganas de moverse, que perdió en algún momento el ansia, quizás no serías tan reticente a la hora de recitar un poema que me abra los ojos, que me despierte de mi ensoñación inmóvil, que me haga nadar en el ritmo de una vibración y de un cuerpo tan extraño para mí y aún así, en simétricos movimientos, ser en resonancia a eso que sale de tus labios.
No te resulta extraño entonces que haya exorcizado a la mayoría de mis fantasmas entre líneas de tinta, porque así soy yo, porque es parte de lo que este cuerpo sangra, porque si se me ocurriera publicar tus cartas o las mías haríamos un hermoso libro, sabés? Porque a nadie le escribí con tanta función poética como a vos, ni con tanto impulso literato, y nadie sabe ciertas cosas que vos sí sabés, y que si se soltaran al aire formarían un rulo de barrilete y un cuervo, y muchos pensarían que es un designio del fin del mundo y se suicidarían, pero eso es tan común hoy en día…
(Con estas palabras yo te ato para que puedas sentirme sin tocarte.
Sangre apalabrada, palabra ensangrentada)
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