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sábado, 17 de septiembre de 2011

Butterflies in my head.


Podrìa convertirme en pàjaro, en gato, en bola de fuego o en palabras. Podrìa tratar de ser lo que no soy; podrìa tratar de no ser lo que aborrezco. No te espero màs, ya sé que no vas a venir y el tablón en la ventana va a quedar vaciío otra vez. Podrìa convertirme en pañuelo, en árbol, en dolor. El cambio ya está en mí, y nada me detiene. Sè hacia dònde puedo ir sin tu companía. Soy una araña, una libélula, una mariposa. Soy la hoja del árbol que cae sobre tu cabeza. No puedo evitarlo, la mutación sigue su curso y no tengo voluntad para atacarla. Ojalá pudieras verme mutar. ojalá pudieras escucharme: soy el eco de cada ruido de la ciudad; soy la chispa de tu encendedor. Soy tus ropas, soy tus ojos. No soy nadie, pero soy todo. Puedo ser todo para alguien, excepto para vos, que ya no podès verme. Puedo ser todo para alguien.

martes, 17 de mayo de 2011

No hay nadie abajo de mi cama

Siento que he perdido algo. No es mi capacidad para divagar, porque apenas tengo media hora para sentarme en la plaza, aparece ahí. A veces incluso me sorprende sin pedir permiso, en una clase, o en el trabajo. Pero el tiempo es tan poco que apenas puedo llegar a las primeras páginas de lo que intento vislumbrar. Quería volver a escribir, pero no sabía qué. Uno pierde la costumbre y así desaparece todo el archivo que he dejado tirado por los rincones. (Hasta ahora, frases cliché y nada original, un lamento melancólico.)
Volver. Volver para elaborar qué. Todas las líneas de mi vida han llegado a un punto en el que parecen correr solas, siempre en línea recta. Por más que a veces aparezca una curva, nunca llega a ser demasiado brusca. Estoy nadando en agua de estanque, de lago invernal. Las iluminaciones duran unos pocos segundos y las conversaciones bizarras menos de una vez al mes.
Creía conocerme mejor. Creía, porque evidentemente no es así. Una noche me encuentro mostrando una yo que no soy y después sintiéndome culpable, como si a mi alma se la fuera a comer una niebla oscura a través de la cual no puedo ver. Todo será así en los años siguientes?
"Elucubrar". Qué palabra hermosa y fea al mismo tiempo.
Hay un sentido de la lucha que perdí. Hay un sentimiento de poder cambiar el mundo que se está borrando lentamente en mí (aunque la mayor parte ya lo haya hecho). Todo lo que gané después del 2007 hoy ya no lo tengo, y me gustaría recuperarlo. Pero, es necesario? Está bien que haya cambiado, que me haya aburguesado espiritualmente? (porque a la billetera no le llegó ningún memo). Que persiga ahora estos ideales de clase media suburbana, de algo que si lo pienso en profundidad no es el mejor espacio desde el cual intentar un cambio?

La próxima prometo no aburrir con estas preguntas retóricas de nunca acabar. Es tiempo de inventar otra cosa, porque los monstruos que vivían abajo de la cama se quedaron en el dpto anterior; les parecía más cómodo, y esperaban algún inquilino nuevo a quien asustar.
Siempre hay demonios contra los que combatir. Sólo tengo que atreverme a retarlos nuevamente.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Feelin' stupid


Una noche diferente a otras. Recorriendo hospitales, probando calmantes, el dolor en las manos y en el pecho. Una mano me guiaba en el camino. Sé que tropecé un par de veces, tuve que apoyarme contra la pared de un largo pasillo. Me sonreía, aunque estaba sola. Llegué a mi cama, mi lugar. Todo se volvió lento: mi percepción del tiempo se alteró, y cuando miré hacia la ventana ya se filtraban los primeros rayos de luz. ¿Era un sueño? No, no podía serlo. Estaba más consciente que en cualquier otro momento de mi vida, creía ser capaz de definir cada soplido de aire que entraba en mis pulmones. Creo que leí un libro de historietas. Las hojas pasaban rápido, rápido, entendía pero sin leer, entendía con los dedos. La somnolencia, al fin. Pero no caí en profundidad. Los ruidos siguieron acechándome, agua que corría, luz, música, un perro ladrando. Sir a los pies de la cama. ¿Era él? Quería escribir, lo pensé, miles de ideas se alborotaron, pero no logré sacarlas. Otros papeles se me atravesaban en medio, carnets de obras sociales, recetas. Las perras se volvieron sumisas ante el sueño. Un sueño en donde mi cuerpo no respondía a mis pedidos, se movía pero sin un objetivo. Sir maulló. El teléfono dejó de sonar. Y seis horas más tarde, me devolvieron la consciencia.

lunes, 18 de mayo de 2009

Brainstorming


Vivía diez minutos atrasada. Literalmente diez minutos en el pasado. Hablamos de superfluosidades cotidianas. ¿Porqué? Porque es lo único que nos queda, lo único palpable. Las plumas, yaciendo sobre la cama, sobre el piso; el pobre animal muerto bajo el mueble. Un castigo contra el instinto animal, contra el asco humano. ¿Quién puede darme algunas respuestas?.¿Porqué me cuesta tanto deshacerme de aquello que no me permite ser fiel a mi esencia?.¿Porqué te permito abandonarme todas las noches, infinitas camas frías de soledad?. El recuerdo no me acompaña ya. El tiempo trae de la mano al olvido, viejo decrépito y gruñón. El olvido no cree en las causalidades. El olvido te desconoce. El olvido la desconoce a ella también. Al olvido le gusta Soledad, que en sus veinte trae tacos y minifalda, se vende al mejor postor, juega con ell@s un rato y simula desaparecer entre luces de colores. Yo la conozco, suele rondarme. Nada pica más que la duda en resolver el misterio. El ruido no cesa, los párpados se cierran por un instante. Mañana... Un nuevo nombre, una nueva obsesión.

lunes, 11 de mayo de 2009

En pugna


Una ciudad enorme, edificios que no te dejan ver el cielo, una relación amor-odio, hormigas que podrían ser genios matemáticos, pero nunca les dimos la oportunidad. La hace vibrar, este sentimiento de perderse en el movimiento constante de la ciudad que no duerme (sólo algunas noches, todas no). Instinto de supervivencia, desear, proyectar, calcular, un corazón de aire claro y diáfano en una mañana de domingo. Se germina en ella el gen terrorista, el deseo de destruir a los destructores, ser la mano vengadora de la naturaleza. Se revela a su vez el lado más shallow y cosmopolita, quiere encontrar un lugar donde no ser individualista, un submundo que la lleve a sus minority fellows, para no perderse en la soledad. Hasta que vuelve a casa… y se borra del mapa el lugar que elige para esconderse de las pesadillas, donde los ruidos jamás cesan. Se olvida que existe la posibilidad de ser más de lo que es hoy.

viernes, 27 de marzo de 2009

En el balcón

(¿Julieta lo habrá mirado a Romeo desde esta altura?)

Otra vez la ventana, otra vez la discusión, los gritos y las sienes latiendo al compás de las olas de ira. No sabemos manejar estos sentimientos, se descontrolan tan fácilmente; somos pequeñas bombas de tiempo, tic tac, esperando a estallar.

(Hay que prenderle fuego el patio)

Te acercaste lentamente a mí y me pediste un abrazo. Nos acercamos, aunque el escozor del enojo aún nos molestaba. Pasaste tus brazos alrededor de mi cuerpo, por detrás, de cara al frío que nos enfrentaba. Balbuceaste algo, no logré entenderte.

(Hay que prenderle fuego el patio a la vieja de abajo)

Intentaste girarme, que te mostrara la cara, pero no lo lograste; enganchada del marco, yo conspiraba para cometer mi próximo crimen. Ya la discusión no importaba, habías perdido mi atención. No podía permitir que me arrancaras de mi fogoso ensueño.

(Podré hacerlo desde aquí, con un poco de alcohol?)

Las manos me dolían por la fuerza que ejercías sobre ellas con las tuyas. Intentaste morderme el cuello, te golpeé bruscamente con mi codo. Te alejaste, vencida. Mi reacción no alcanzaría nunca la velocidad de mi pensamiento.

(Sí, es fácil, sólo un trapo viejo y buena puntería)

El humo subía, trepaba por la pared como una araña asustada. Fuiste la primera en salir, yo gateaba detrás tuyo, tapándome la boca. Te perdí al girar en el pasillo, no supe continuar; tranquilamente me senté a esperar que mi mente se envolviera en llamas.

lunes, 23 de marzo de 2009

El primer día de la costumbre


Sin querer llegaron hasta mí éstas palabras: "Me podrán robar tus días. Tus noches, no." Me golpearon en el estómago, las perras negras siempre lo hacen: después se trepan hasta mi cabeza y acampan ahí durante semanas, meses, sin intención de marcharse. Y empezaron a llenar de humo todos los espacios libres de mi cabeza con sus fogatas de hojas secas. (A quién se le ocurriría dejarlas tomarse tal libertad?)
-"Tus noches no son sus noches" - me balbuceaban por lo bajo.
-"Vos no sos dueña de su tiempo, ni lo vas a ser"-.
Al principio sólo eran comentarios que podía ignorar. Pero después se inventaron (y reinventaron) mil y un maneras de llamar mi atención. Saltaban por todos lados, a cada oportunidad que tenían: se habían pasado horas agazapadas esperando que tropezara con un segundo de paranoia, de terror absurdo, para contraatacar con toda su artillería.
-"Se van a alejar este inverno! Ella no te va a compartir sus mañanas! Se va a dejar ganar!"-. Se sacuden de encima la modorra, gritan cual oso embravecido, toman carrera y se impulsan hasta mis dedos a través de mis venas, que escupen en estas frases mi peor pesadilla.

domingo, 22 de marzo de 2009

Estar...


Luz, día, ojos verdes, corazón, mariposas en la panza, camisas y vestidos, figuras heteronormativistas que se desdibujan en nuestras manos tomadas al caminar por la calle, la emoción de tener un beso de tus labios, sentirnos diferentes al resto. El dragón del futuro esperándonos, el dragón del pasado acechándonos. Miedo y lujuria. Confianza y palabras. Empujones y juegos bruscos, “los chicos siempre se tiran de los pelos después de jugar”. Horas de cavilaciones y entresueños buscando tu mano que me alcance. Discusiones cortadas, alejamientos sin abrazos, reconciliaciones dolorosas. Regalos que nunca me habían hecho, dulce y salado, prácticas de cocina, tu cepillo de dientes en mi baño. Sombra, lo que fui y lo que puedo ser. Tus celos, mi frustración, tus y mis amigos, noches de tele. Dormirme en tus brazos y despertarme sola, no recordar tu beso de despedida. Pedir perdón, pedir abrazos, pedir más de lo que puedo tener, pedir más y más. Obligaciones incumplidas. Deseos incompletos, enojo de amante resentida, un recital fuera de la ciudad; todas las cosas que no puedo darte, porque me las robaron, porque no las tengo, porque me faltan ganas, porque me paraliza el pánico. Una escena vergonzosa, el dolor de estómago, sentarme en la ventana a oler el frío de la luna. Saber que nunca fue fácil, que nunca lo va a ser, y elegirlo igual… buscar el significado del amor, límites de lo que se puede hacer, esperar, tomar y quitar, dar y entregar. A la fuerza, jamás. Sentirme acorralada, sentirte presionada, dibujar líneas que ni siquiera pensábamos mover, ponerle tiempo a todo… preguntar qué es lo que buscás en mí, preguntar qué es lo que espero de vos. Si te amo o no, si te adoro o no, darse por vencida o no, si somos tan diferentes o no, decisiones que quiero o no quiero tomar.

Quién puede darnos la respuesta?


sábado, 14 de marzo de 2009

Nuevas alas


Suturando las heridas. Aparece ella y el olor del invierno se acerca, invadiendo cada anochecer, cada momento de soledad. Ella, la última tarde de amor es revivida, imágenes borrosas en mis recuerdos. Intentos fallidos de honestidad, siempre las intenciones se interponen, tus prejuicios, mis chistes estúpidos. Dónde termina nuestro camino? Un momento de perfección, dos años más tarde… El tiempo pasó, no tendremos más segundos para admirar, ni horas para silenciarnos. No supe verte, no sabía mirar a mi alrededor. No entendiste mi dolor, no entendí tu furia. Así, en una hamaca, en una noche de otoño, fuimos más sinceras que nunca, sin necesidad de usar palabras. Sólo me empujaste hacia delante… y volé alto, más alto de lo que jamás había volado mi alma… La compensación a todas las lágrimas fue el balanceo de mi cuerpo en ese vuelo tan corto, rozando la tierra con mis pies, tratando de no perder el equilibrio.
La niña que solía ser y que te llevaste se sintió feliz de saber que alguien guardaba sus juguetes, las cintas del pelo, las notas de su risa; que no sólo ella escondía los objetos más pequeños y preciados en su bolsillo, que alguien la había visto crecer…
El regalo más simple que podías darme, el más hermoso, un instante de perdón sin siquiera mirarte a los ojos…

sábado, 20 de diciembre de 2008

Vulnerable


Pazchi hoy no tiene ganas de ser Pazchi. Quiere ser un gato o un pájaro… ser invisible, ser un espíritu intangible, una mariposa. Pazchi no quiere vivir como un ser humano. Quiere morir y renacer como una florcita silvestre, o ser piedra de un arroyito escondido. Pazchi quiere ocultarse, que nadie vea su rostro, enmascararse y pasar desapercibida. Pazchi hoy no tiene voz: se la robaron, y después la prendieron fuego, así que ahora no puede recuperarla. Desea desaparecer, sólo esfumarse en el aire, desangrarse para desprenderse de una vez por todas de este cuerpo que la tiene presa…
(9-3-08)

La belleza de la tortura morbosa.


Las únicas mariposas que aletean en mi estómago cuando te veo son las mariposas decapitadas. Ésas que perdieron la cabeza al mismo tiempo que tu amor se fue de mis brazos, y ya no supe reconocer tu voz entre miles… tantas mariposas murieron ese día que a un pequeño grupo se le permitió por gracia divina seguir palpitando a la par de tus pasos acercándose. Pero la gracia divina no es perfecta, y aquellas pobres ya habían perdido la cabeza… así continúan batiendo sus coloridas alas, condenadas a sobrevivir a un amor que ya murió pero dejó su marca en mí eternamente. Casi como mariposas vampiras. Casi.
(¿Lo sabrás?)

Atardecer de verano


“Sos una salvaje” me dijo y yo me quedé mirándola. Un lágrima cayó, y me di cuenta de lo que significaban sus palabras, esa expresión en su rostro que había visto tantas veces. A pesar de que la conocí un par de meses atrás, se había despertado en mí un terrible deseo de sacarle una a una todas las sonrisas posibles… Algunos días lo lograba, aunque nuestros primeros encuentros terminaron tan abruptamente que apenas si alcanzamos a intercambiar unas pocas frases. Solíamos cruzarnos por casualidad en algún lugar insólito, casi como si el destino nos marcara el camino: la Terminal de ómnibus, algún espectáculo nocturno, una calle alejada del centro de la ciudad. Y muchas otras veces, al pasar el tiempo, nos pusimos de acuerdo para coincidir en la plaza, sólo para tirarnos panza arriba a mirar las nubes. Un pedacito de cielo para nosotros, y nos conformábamos. Jamás nos tocamos: nuestro amor –si es que se puede llamar de tal forma- se escondía en las miradas, en los poemas que nos enviábamos para después compartir opiniones, en un roce intangible de las almas… No se me hubiese ocurrido acercar siquiera mis manos a las suyas, tal vez el mismo cielo que mirábamos se cayera a causa de nuestra imprudencia.
En la única ocasión en que mi mano descuidada se movió a centímetros de su hombro, la vi ponerse pálida como la luna y luego un rubor escarlata le cubrió las mejillas. No podría describir la mezcla de miedo, dolor y fuego que me invadió: el verla sonrojarse de esa manera se hizo evidente que aún conservaba toda la inocencia de una mujer que aún no ha sido descubierta y observada completamente… (10-3-08)

viernes, 7 de noviembre de 2008

Exorcismo


Anoche me robé una mujer, y la destrocé en mil pedazos. Me robé su pelo, sus manos, sus dientes y sus piernas. Con una mirada logré que me siguiera. El resto fue fácil. La encerré entre mis brazos, bebí de su miel; la agoté en todas sus fuentes. Tendida y sin vida la abandoné, dejándola a merced del viento. De nada servía atar mi cinta negra a sus muñecas: ella era una gata antes de conocerme, y lo seguiría siendo mucho después. Me reconocí en su rostro cubierto de lágrimas, sus heridas eran las mías, sus pies eran mi sombra. Esa sumisión, esa espera habían sido mías alguna vez, y ahora me asqueaba contemplarlas, saborearlas con mis ojos. Algo en ella me decía que era imposible alcanzarla, que su verdad estaba mucho más allá de la mía, en donde el sentimiento no puede razonarse. Y en un arrebato de furia contra mi propia impotencia -era incapaz de darle otra cosa que no fuera dolor- la golpeé con todas mis fuerzas, alejándola, arrancándola de mi lado. Pero sus marcas ya estaban clavadas en mí, y aunque intenté lavarlas, taparlas con otras manos, no pude quitármelas de encima. Por eso tuve que sangrarlas, intentando olvidar esa noche en que fui dueña de su alma sólo para degollarla con mis propias manos, inútil imitación de una suavidad que nunca podré recuperar.


Escrito 23-10-08

sábado, 18 de octubre de 2008

I just felt like destroying something beautiful...

Estoy harta de la gente que no mide sus palabras, ni el daño que pueden causar con ellas. Les tienen tan poco respeto, las usan y las ensucian sin pensar, las convierten en prostitutas de sus labios, sin códigos ni honor… No tienen idea de lo que significa una palabra hiriente… usan insultos vacíos de significado, en lugar de buscar ésa palabra que saca lo peor de cada uno, ése lugar gramatical que desborda la presa que hay detrás de los ojos, ésas letras que mortifican más que una humillación pública…
Las palabras no existen para ser tratadas así… Hay que mimarlas, cuidarlas, darles un trasfondo positivo, jamás negativo… Porque no nacieron para herir, sino para unirnos… Para armar puentes… Para alcanzar lo inalcanzable en el otro…

Y a la vez nos crean distancias insalvables. Dualidad insoportable.

Demencia


Enloquecer… enloquecer de locura… enloquecer de vida sin oxígeno, enloquecer de vida sin amor, sin abrazos. Enloquecer de belleza, de ahogo sinrazón, de ganas de besarte. Enloquecer de estornudos incontrolables, de garrapatas en la garganta, de miradas inolvidables. Enloquecer de dolor y de furia ante la pérdida, la injusticia y la crueldad. Enloquecer de rutina pasiva, comodidad agresiva, susurros violentos. Enloquecer de placer, de ambición y de pelos de gato. Enloquecer de sed, de palabras y de sangre. Enloquecer en la juventud y en la vejez, de conocimiento y de emoción. Enloquecer. Perder el sentido común, la razón, dejar de contener el maremoto de pensamientos atrapados en tu red en tu océano. Perder. Dejarse ganar, dejarse llevar por la marea, las olas tibias. Dejarse hundir… y acabar.

viernes, 8 de agosto de 2008

Sombras


Sombras. Sombras que nos definen, nos marcan y posicionan. Sombras de contraste, de objetos y de personas, inmóviles y con vida propia. Sombras que son proyecciones de contornos, llenos o vacíos, de cuerpos que las ignoran, las pisan, las maltratan, las olvidan. Sombras desdichadas, desdeñadas, pasan inadvertidas en las calles, en los puentes, en los ojos de la multitud que camina. Pero los reflejos (pero) espejos entonces admirados, buscados y caras y colores y Narciso. Reflejos en el agua de un charquito, en los vidrios, en las ventanillas de los autos. Las sombras negras odian a los reflejos, de pura envidia, de saberse observados, mimados y hasta deseados. Los desprecian, y se los hacen saber interponiéndose en su camino cada vez que pueden. Los reflejos las ignoran, inconscientes de la ira que provocan; sólo pueden deleitarse unos instantes antes de desaparecer, concentrados en acicalarse y ajenos a la oscuridad que los acecha a la vuelta de cada callejón sin salida, sin luz solar que los haga renacer.


Escrito el 6/8/08.


Estamos haciendo literatura under =)

miércoles, 6 de agosto de 2008

Máscaras


Hay ciertas cosas que no voy a soportar. Hay lugares que no puedo visitar, situaciones que me descolocan por completo, caras que me asustan, máscaras que necesito. Dejáme seguir jugando, que mientras el juego sea juego no tenés nada de qué preocuparte. Sólo es parte de mi ilusión, mágica visión engañosa… luces y humo, cortinas de teatrales dramas imaginarios. El personaje que creé para mi es tan hermoso como el tuyo: una niña seductora, eterna femme enfant atrapada en su inocente cuerpo sin desarrollar, incapaz de hacer otra cosa que no sea jugar, provocando miradas lascivas y pervertidas, mientras se envuelve en vestidos de seda y cintas de terciopelo. Incapaz de crecer, de pensarse adulta, de salir del cascarón que protege su frágil cuerpo de la más suave brisa de verano. Encajes blancos la atan a un lecho rodeado de misteriosos felinos y de tules que sólo logran dar a la escena un efecto extrañamente infantil y sensual al mismo tiempo.
Y vos, la androginia encarnada, perfecta imagen del ser que siempre quise ser, del espíritu que deseé poseer. Pequeño, sin formas definidas, capaz de confundir al ojo más avezado, un ente intermedio, y entonces capaz de no estar en ningún lado y por consiguiente en todos a las vez. Pasaje perfecto entre lo mundano y lo onírico, un puente entre las partes que conviven en tu forma de moverte entre la gente. Bloqueás y abrís puertas a tu antojo. Tu palidez, la profundidad de tu mirada gris que se clava como un dardo filoso en donde se posa. La suavidad casi etérea con la que te deslizás sin causar un solo sonido que demuestre tu presencia.
Todo lo que te rodea me fascina y me hechiza, dejándome absorta ante tus cuestionamientos constantes, ante la calma de tu boca, el roce de la piel y tu compañía, placentera y silenciosa, calma ansiada en medio de la tormenta.



Anotaciones: Este escrito es la segunda parte, la primera parte por ahora no la puedo subir pero ya la van a encontrar enterita y completa, por ahora...

martes, 5 de agosto de 2008

La memoria de los objetos


Dejé una parte de mí en cada habitación de esa casa: mis huellas todavía están frescas, y sé que algunas veces te detienes a mirarlas cuando se te revelan, en medio de la noche, entre sueños. Las marcas de mis manos en los picaportes de las puertas, en las manijas de las sartenes, en las canillas del baño. En las decoraciones que arreglé, los regalos que te di, la vajilla que compramos entre las dos. Incluso los cambios que nunca llegamos a concretar, la pared amarilla, la cortina nueva, el cambio de muebles. Todo, absolutamente todo en esa casa tiene una parte de mi pasado pegado, adosado, envuelto en un paño invisible que los rodea, los atraviesa y también los liga a mí por medio de estas líneas grises que salen de mis brazos. Las hace brillar, energeia luminosa de un estado mental elevado, donde los elementos se vuelven nombres sin materia, figuras representativas sin masa. Cuadros sin trasfondo, simplemente testaferros de la historia, imborrables escenarios teatrales que actuamos con tanta habilidad desbordante de impulsos. Las impresiones de mí en los muros, las puertas, cada lugar en donde me apoyé, mi contorno creado por la luz del sol en el patio. Sé que las seguís viendo… Sé que no cayeron en el olvido, que las seguís trayendo a tus ojos (tus ojos negros) cuando me presentís ahí, cuando mi energía no es opacada por tu ceguera, cuando la melancolía te invade, la misma que me causa ese agujero azul cuando te veo. El agujero de la tristeza de no encontrarte en mi vida. El mismo que te confunde al dormir creando la ilusión de mi cuerpo en la huella del otro lado de tu cama y chocarte allí con otro cuerpo, con otra forma de alma que no es la mía… porque el espectro de mí te sigue rondando, aunque la piel se haya alejado hace meses -que parecen años- y el sentimiento se haya ido con ella.


Escrito el 18 de julio de 2008

lunes, 4 de agosto de 2008

Imitación

“La paranoia, supongo, de imaginarla tan cerca y tan lejos a la vez, 2 meses de ausencia y cartas nunca enviadas. Pero cómo podía explicarle todo lo que había pasado en esos 2 meses, los libros y el asco que ahora me daba hablar del clima, la cena, el vecino muerto de leucemia. Decirle, sin esperar, decirle que prefería pasar las horas en silencio y en compañía de mi alma, antes que la costumbre se metiera por el agujero de la cerradura al mismo tiempo que llegaban los parientes ruidosos, qué calor terrible que hace y porqué no se compra un ventilador de techo. Todo eso ya no tenía sentido, había escuchado una y otra vez la misma conversación tejida en diferentes combinaciones de palabras; jamás podría explicártelo, querida, vos vivís de esos juegos, pensarías que divago y le echarías la culpa a la soledad y la falta de trabajo. Y yo me quedaría mirándote, absorta en algún detalle de tu expresión, tantas semanas sin verte, tantos días de no dormir a tu lado. Finalmente estaremos despegadas, sin saber qué hacer con los recuerdos y las cartas (jamás enviadas), nos iremos a pasear al centro o a tomar mate en alguna plaza, pretenderé seguirte el juego, distraída entre las hojas de un naranjo que ya no da frutos, y todo será igual que antes; tocarse sin acercarse, hacer el amor sin acercarse, acariciar la piel sin acercarse.”



Escrito principio 2007

Por favor no me pises las constelaciones....


En los días en que siento que voy a estallar, cuando quiero mi soledad y escaparme un ratito de mi piel... Esos días en que todo se me escapa, la noche es mía, y el agujero latente amenaza con quebrar algo ahí adentro (un no se qué de comida, bolas de pelos, y la memoria imborrable). Cuando una hora de aislamiento se hace totalmente necesaria para ordenar, analizar y descartar las frases y fotos del día, saborear un minuto más de esa caricia que me regalaron PERO SOLO PARA MÍ, EN LA OSCURIDAD DE MIS PASILLOS, donde las paredes son líquidas y es preciso tocar, oler, lamer y oír pero jamás ver, porque soy llevada por una extraña fuerza, guiada por ese sentimiento que nace de un sueño, de los sueños de muchas noches interrumpidas,invadidas por los rostros, la tierra, la enormidad del todo y la red que nos conecta y se funde en lo etéreo eternamente, etéreamente eterno... intangible levedad que me persigue...

Esto es sólo otro disfraz (de nena perversa)


Escrito el 24/05/07