sábado, 21 de enero de 2012

Inconcluso

Él la miraba de lejos,
ella no lo habìa visto.
Todavía había tiempo
para huir de un vacío
pero él decidió quedarse,
tal vez lo sorprendiera:
no fuera la niña que suponía,
no fuera la imagen que creaba.
Los clichés no habían servido,
algo en él no quería ceder
al juego que aún no comenzó;
la sintió consciente de sí,
como cualquier otra coqueta
atenta al perseguidor.
Pero no alcanzaron sus ojos
bajos, se negaban a ver
corazones, cuerpos desparramados
sin razón más que el placer.
Se sentían ineptos,
se sentían inconscientes;
él temía su juicio
ella evitaba encontrarlo.
Se alejaban del deseo
para no develar jamás
sus verdaderos nombres.

Face the fire, come into your name

Face the fire.....

Escribir es desangrarse, las palabras son sangre. La sangre es el elixir de la vida, y sólo se puede poseer una vida nombrándola. Pero si intentàs poseer una palabra, se incendia instantáneamente. Fuego en la sangre. Prender fuego la vida, literalmente.


...come into your name

Todas las palabras que no puedo decir. Me dejaste sin palabras. Soy presa de mis palabras. Las perras negras me tienen acorralada. El deseo que se sublima a través de la palabra dicha. De boca en boca. La historia que sobrevive a través de la palabra. Zoé, la vida narrada. Mis palabras son mías, me crean. Me formatean. La palabra performativa. Las palabras me pueden, mucho más que vos. Vos sos un discurso, sos el discurso que creaste en tu infancia. Sos definible, sos una palabra. Quiero conocerla, quiero saber tu palabra, quiero apoderarme de tu verdadero nombre.