Estoy atravesando una etapa de "no quiero ver a nadie". Este encierro hizo que mirara muchas más horas de televisión de las recomendables, muchas películas (de esas en las que realmente se mueren todos), y nada de lo que me había propuesto al principio de estas vacaciones. Los libros siguen ahí, lo sé. Pero acaso las vacaciones no están hechas para -precisamente- no hacer nada más que lagartear?
Me he alejado un poco del mundo. Estoy esperando. Qué? A quién, sería más correcto preguntar. A ella. A ella, que llega el sábado y yo me como los dedos pensando que hace un mes que no me ve, y si eso puede habernos afectado. La paranoia me toma por sorpresa, como ahora, que fue absolutamente necesario levantarme de la cama para vaciar mi cabeza. Acá.
Sé que debería intentar dormir. A las 8 a.m. me van a extraer una pequeña muestra de sangre para analizarla. Tal vez no encuentren sangre y sólo un líquido negro que sirva para empuñar la pluma. Tal vez sí encuentren sangre y después de una semana de paranoia pre-resultados me digan "usted sufre de lesbianitis crónica" y yo suspire aliviada. Tal vez me desmaye y tal vez no.
Hoy creo que vi un chongo. En este pueblo, sí, un chongo... quién lo iba a decir, la capital de la homofobia también produce chongos. ¿Será que por ser la capital del salamín hay una especie de machismo impuesto sobre l@s loc@s que viven acá? ¿Como un símbolo fálico déspota?
Quién sabe. A mí siempre me gustó más el queso.
3 comentarios:
si sabre eso de mirar tv indiscriminadamente...
ahora, el queso mas q el salame?
vola de acaaaaaaaaa =P
beso, niña...
odias hacer petty talk?
es lo mejor que hay. es lo unico que hay, dicho sea de paso.
Ya que estamos con comparaciones exageradas, debería aprovechar para decirte que si te gusta el queso de cerdo, entonces quizá no seas tan lesbiana como creés... pero no tiene caso, sospecho que vas a preferir no responder a eso...
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