Yo soy la sangre que corre por tus ríos, descubriendo la rapidez de tu placer. Inalcanzable y efímera, tan cercana como un sueño alucinógeno en luces de neón.
Mi amante, iluminada desde su propio centro, mi enloquecedora belleza, mi cálida musa, embriagadora noctámbula.
(nadie duda de tu femeneidad; deberías ser fotografiada, saboreada y experiementada por todos los caminantes insomnes que se buscan a sí mismos)
Moviéndome en colectivo por calle Corrientes, llena de carteles de mujeres semidesnudas, negocios colmados de turistas y vidrieras coloridas, caerme de lleno en la gran boca d
e la 9 de julio, toparme vertiginosamente con el Obelisco, y ahí, justo ahí, sentir que me estaba tragando Buenos Aires.
3 comentarios:
=( extraño BA
lindo texto, nena
espero que hayas disfrutado de esa ciudad...
ojala ande pronto por esos pagos..
besote, hermosa.
¿Así se siente esa ciudad?
Amada como una mujer dejando fuera de juego cualquier sentido.
Destellos para un ciego.
Besos
Que linda es BUenos Aires.
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