martes, 17 de mayo de 2011

No hay nadie abajo de mi cama

Siento que he perdido algo. No es mi capacidad para divagar, porque apenas tengo media hora para sentarme en la plaza, aparece ahí. A veces incluso me sorprende sin pedir permiso, en una clase, o en el trabajo. Pero el tiempo es tan poco que apenas puedo llegar a las primeras páginas de lo que intento vislumbrar. Quería volver a escribir, pero no sabía qué. Uno pierde la costumbre y así desaparece todo el archivo que he dejado tirado por los rincones. (Hasta ahora, frases cliché y nada original, un lamento melancólico.)
Volver. Volver para elaborar qué. Todas las líneas de mi vida han llegado a un punto en el que parecen correr solas, siempre en línea recta. Por más que a veces aparezca una curva, nunca llega a ser demasiado brusca. Estoy nadando en agua de estanque, de lago invernal. Las iluminaciones duran unos pocos segundos y las conversaciones bizarras menos de una vez al mes.
Creía conocerme mejor. Creía, porque evidentemente no es así. Una noche me encuentro mostrando una yo que no soy y después sintiéndome culpable, como si a mi alma se la fuera a comer una niebla oscura a través de la cual no puedo ver. Todo será así en los años siguientes?
"Elucubrar". Qué palabra hermosa y fea al mismo tiempo.
Hay un sentido de la lucha que perdí. Hay un sentimiento de poder cambiar el mundo que se está borrando lentamente en mí (aunque la mayor parte ya lo haya hecho). Todo lo que gané después del 2007 hoy ya no lo tengo, y me gustaría recuperarlo. Pero, es necesario? Está bien que haya cambiado, que me haya aburguesado espiritualmente? (porque a la billetera no le llegó ningún memo). Que persiga ahora estos ideales de clase media suburbana, de algo que si lo pienso en profundidad no es el mejor espacio desde el cual intentar un cambio?

La próxima prometo no aburrir con estas preguntas retóricas de nunca acabar. Es tiempo de inventar otra cosa, porque los monstruos que vivían abajo de la cama se quedaron en el dpto anterior; les parecía más cómodo, y esperaban algún inquilino nuevo a quien asustar.
Siempre hay demonios contra los que combatir. Sólo tengo que atreverme a retarlos nuevamente.

3 comentarios:

lau dijo...

elucubrar me suena a lubricar.
mejor ni indagar.

beso!

Pazchi dijo...

Vos siempre con la idea fija jajajajajja

Lavi dijo...

Date un mayor espacio, a ti.