sábado, 14 de marzo de 2009

Nuevas alas


Suturando las heridas. Aparece ella y el olor del invierno se acerca, invadiendo cada anochecer, cada momento de soledad. Ella, la última tarde de amor es revivida, imágenes borrosas en mis recuerdos. Intentos fallidos de honestidad, siempre las intenciones se interponen, tus prejuicios, mis chistes estúpidos. Dónde termina nuestro camino? Un momento de perfección, dos años más tarde… El tiempo pasó, no tendremos más segundos para admirar, ni horas para silenciarnos. No supe verte, no sabía mirar a mi alrededor. No entendiste mi dolor, no entendí tu furia. Así, en una hamaca, en una noche de otoño, fuimos más sinceras que nunca, sin necesidad de usar palabras. Sólo me empujaste hacia delante… y volé alto, más alto de lo que jamás había volado mi alma… La compensación a todas las lágrimas fue el balanceo de mi cuerpo en ese vuelo tan corto, rozando la tierra con mis pies, tratando de no perder el equilibrio.
La niña que solía ser y que te llevaste se sintió feliz de saber que alguien guardaba sus juguetes, las cintas del pelo, las notas de su risa; que no sólo ella escondía los objetos más pequeños y preciados en su bolsillo, que alguien la había visto crecer…
El regalo más simple que podías darme, el más hermoso, un instante de perdón sin siquiera mirarte a los ojos…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante escrito. Tan vez algo raro, pero no por eso menos bueno.

Saludos

lau dijo...

ando necesitando que algunas personas entiendan mi dolor y mi furia, pero parece que la capacidad de entendimiento de cosas simples la tienen atrofiada...

nena, espero que andes bien..
hablamos mas tarde si se puede..

beso!

Unknown dijo...

a veces vale la pena el riesgo de garrar los cables con los pies mojados...y a veces no. hay que evaluarlo según la circunstancia.
igual es indefectible para mi pensar con lluvia, porque ciertos pensamientos me los motiva mas la lluvia que el sol

saludos por aquí

Xaj dijo...

El tiempo pule hasta el uranio. Llegar donde debíamos hacerlo, sentir que la piel está de acuerdo con el momento. Esos momentos, de cada tanto.

Saluditos.